Este año murieron al menos 23 caballos en la celebración de El Rocío. Sí, habéis leído bien, ¡¡23!! Estas cosas no salen en televisión, donde nos presentan una fiesta multitudinaria y bonita. Imágenes que veo cada año y que a mí me sugieren cierto fanatismo similar al islámico. Quizá mi incomprensión proviene de que no soy creyente, no creo en la existencia de ningún Dios ni de ninguna Virgen. Me pregunto qué pensarán en las televisiones extranjeras cuando vean cómo algunos aúpan a los niños llorando asustados entre los empujones de la multitud para acercarlos lo más posible al objeto de culto de sus padres. Entre ésto y las corridas de toros debemos de parecer unos impresentables incivilizados.
Dejando eso aparte, el tema a denunciar aquí es el trato que sufren los caballos que acarrean en sus lomos al personal para llevar a cabo la Romería. El 95% de las muertes se produce por agotamiento e inanición según fuentes del Seprona de la Guardia Civil. Los caballos que no se encuentran preparados para esta prueba a las que les someten, pues se pasan la mayor parte del año metidos en la cuadras sin ningún entrenamiento, mueren por pasarse una semana sometidos a un ejercicio brutal sin la adecuada hidratación ni alimento y soportando muchísimas horas la carga del jinete sin parar bajo un sol de justicia.
En muchos casos al dueño le sale más rentable que el noble animal se muera para así no mantenerle. Según el Seprona, hay casos de maltrato intencionado en individuos que apalean a sus caballos hasta causarles la muerte.
Hay muertes que sobrevienen por lo contrario, ceban al animal y luego le obligan a caminar bajo un calor infernal sin descanso con el jinete siempre arriba. No quiero pensar lo que sufrirán antes de morir.
Aparte habría que contabilizar los que vuelven a sus cuadras ya enfermos o cojos, cosa que no se hace, con lo cual el número de caballos fallecidos a contabilizar aumentaría.
Comprendo que no todas las personas que asisten a la fiesta serán de esta forma, y son todos de respetar, así como sus creencias también, pero "la otra cara de El Rocío" existe.
¿Tanto nos cuesta ser algo más cuidadosos con nuestros animales? ¡Por favor basta ya de brutalidad!