Leyendo tantos blogs de viajeros me han dado ganas de recordar mis viajes, que no tienen nada que ver con los que leo porque yo siempre fui a un destino muy turístico y muy marcado en el mapa. Y por eso fueron viajes muy "borreguiles". Creo que no haré muchos más de ese estilo. No me llenan. Si quieres descubrir de verdad cómo vive la gente de un país y cómo es el país en sí no te vayas a un destino muy turístico nunca. Es como un circo montado para el turista, se siente uno bastante bobo y bastante borrego. Es mi experiencia.
Estas fotos son de Punta Cana y un pueblo que se encuentra a cuarenta y tantos kilómetros de allí llamado Higüey. No creo que vuelva a un resort. Y allí metido qué vas a ver aparte de daikiris, barcos de borrachuzos para arriba y para abajo y música salsera desde las 8 de la mañana hasta las mil de la noche.
Playa Punta Cana
Isla Saona. Una preciosa playa blanca para nosotros solos, llena de cocoteros y ¡virgen! ¡sin suciedad en el suelo! Otra cosa luego era pasear por allí y sí ver todos los desperdicios que llegan a ciertas partes de su costa procedentes de los barcos. Una pena. Pero la mayoría de la Isla está completamente virgen.
Isla Saona...hummmm! el paraíso
Guapísimo niño de Isla Saona
La otra cosa de la que tengo no muy buen recuerdo porque me resultó algo deprimente fue la visita a Higüey. Como el ir en transporte público era algo complicado, alquilamos un coche para recorrer en ida y vuelta los cuarenta y tantos kilómetros, en total ochenta y algo, ¿noventa?. Los turistas apenas se dejan caer por Higüey, sólo para ver la catedral en visitas de grupos guiadas.
Catedral de Higüey. No me dejaron entrar en pantalones cortos y me sacaron una falda de las muchas que tienen ahí metidas en una caja.
Es el lugar mas venerado, los dominicanos la identifican como el hogar de la patrona del pueblo dominicano, la Virgen de la Altagracia. Su silueta se divisa desde cualquier parte. Creo que es lo más alto que hay en Higüey.
Pero fuera de ese recinto no ves a ningún blanquito. Allí nos avisaron que éramos presa facil para el ladrón y el aprovechado y que habiamos tenido suerte de dar con el chaval que se nos pegó para hacernos de guía y para que luego le diésemos un dinerillo. Era bastante majo, incluso nos subió hasta el tejado de la Iglesia de San Dionisio, de muy antigua construcción (1569-1572) donde se ve una magnífica vista del pueblo.
En el tejado de la Iglesia, con mi pequeño guia
Le pregunté si no debería de estar en la escuela, y me contestó con un vago "esta tarde", vete tú a saber. Me contó que la policía estaba intentando educar a los chavales que andan por las calles para que tratasen bien al turista y no le asaltasen, pues había habido algún robo. Así conseguirían poco a poco que la gente de los resorts se aproximase aquí. La verdad que si se lo montasen bien podrían también hacer negocio con el turista.
Los semáforos en Higüey no existen, no sé si hay uno en todo el pueblo, el tráfico es caótico. Quien primero mete el morro es el que pasa, para un peatón cruzar es todo un arte.
Bueno, a lo que voy, qué pobreza tienen. Eso no lo ven los turistas que no salen de los resorts. Cada dos por tres se te acercaban niños descalcitos, con ropas roídas, a pedirte, les dabas un chupa-chups y eran los más felices del mundo. Al chaval le dimos unos cuantos y casi se pegan por quitárselos. Jo, deprimente deprimente. También te piden mujeres....pffff. Qué mal me fui al resort de los coj...No paraba de preguntarme en qué mierda de mundo vivo, unos tanto y otros tan poco. Éstos aquí muriéndose de hambre y unos kilómetros más allá los orondos turistas en los hoteles poniéndose ciegos, y tirando la comida que sobra. Un circo total, todo falso.
Viendo todo esto uno entiende mejor que la gente se desplace desde su país de origen, porque son realmente pobres. Aparte los que se fueron y volvieron tienen unas grandes casas que nada tienen que ver con las de allí, son los ricos del lugar tras haber hecho dinero en el extranjero. Si te quedas allí supongo que eres poco menos que un fracasado, un acongojado (por no decir otra cosa) de la vida. Les entiendo perfectamente.
La visita a Higüey me acabó por jorobar las vacaciones y entré en una especie de depre. Está bien ir a Punta Cana a deprimirse, jaja, sí. Me hubiese llevado a toda la tanda de chavales al hotel, los hubiese sentado por ahi por las mesas y a escoger lo que quisieran del buffet libre. Pero el mundo está muy mal repartido, muy mal hecho. No me extraña que te persigan, para ellos eres un multimillonario.
Con Alejandro en el mercado de Higüey
Las carnicerías están por las calles tal que así. Higiénicamente deja mucho que desear.
Joyería en Higüey. Intimida, ¿no? Le preguntamos si podíamos fotografiarle, ni nos contestó, con lo cual imagino que estaría representando su papel de duro. Nos arriesgamos y ¡foto!
Aun así los hay más pobres que ellos, allí también tienen inmigrantes, los haitianos. Bastante reconocibles porque son mucho más oscuros de piel y trabajan en la construcción y en otros puestos más bajos. Para vivir en la misma isla y estar tan juntos son completamente diferentes, hasta en el idioma.
Trabajadores hatianos
Si sales del hotel (no por la playa, donde están los vendedores, sino por la puerta principal, hacia la carretera) te acosan los "motoconchos" que son motos que también puedes alquilar para que te lleven a donde sea, deberiais ver los que van ahí montados, como poco tres y si tienes perro también le llevan. Y claro sales del hotel y se te pega un tio con una moto, vayas donde vayas, por si acaso quieres cogerle, pero sin decirte nada, sólo te sigue y te sigue...¡es agobiante!
Ya el colmo fue cuando quisimos seguir bordeando la playa saliendo de la parte de los resorts. Pues allí un guarda te da el alto y te aconseja que no salgas, que te expones a muuuuuchos peligros, que si te van a robar, que si te van a violar, que si te van a cortar los brazos (textuales las frases), y claro, dices pues ¿qué porras de país es este?. El caso es que salimos, claro que salimos. Y así es un Resot, una cárcel, eso sí, de lujo, pero cárcel.
¿Sería para que no viéramos lo que nos esperaba a unos cuantos minutos andando?
Preciosa playita llena de basura y de restos de barcos de turistas que tiran la mierda por la borda paseando por la bahía con la música salsa a todo trapo y medio borrachos.
Vaaaale, no todo es tan malo, después de varios dias de caza fotográfica conseguimos captar a este colibrí. Me hacía mucha ilusión ver uno, pero son tan rapidísimos que apenas se dejan observar.
Bonito ¿no?
Por no acabar con mal sabor de boca diré que estoy segura de que la República Dominicana tiene sitios preciosos y curiosos pero seguro que no son los típicos destinos turísticos.